Holy Thursday - Fr. Pete Iorio
April 1, 2021 - 7:00 PM
Audio Recording
I began Lent on Ash Wednesday saying that this year I would like to reflect on love because God is love and all God’s actions are rooted in love. I tried to live the virtues of love from 1 Corinthians: being patient, kind, truthful, humble, forgiving, etc.
We conclude Lent and begin the great Triduum hearing John’s Gospel say: He loved his own in the world and he loved them to the end.
Jesus is the embodiment of God’s love and He loves us by giving us 4 things that I highlight: 1. He gives Himself as food. 2. He gives us an example of service to our brothers and sisters by washing feet and 3. He gives us the new commandment of love which is a few verses along in this Gospel of John not proclaimed for this Mass of the Lord’s Supper. 4. He gives us the priesthood which continues the gifts of love in sacrament and service to the Church.
Celebrating the Passover meal with his disciples, Jesus recalls God’s covenant with Israel who saved them from slavery. The meal consisted of unleavened bread and roasted lamb. The blood of the lamb was smeared on the doorposts of their homes so that the angel of death would pass over them. This night was to be remembered as a memorial feast which all generations would celebrate “as a perpetual institution.” Jesus institutes the new covenant with his own blood which the transfigured wine into blood is smeared on the lips of those partaking, saving them from death.
Christ’s institution of the Eucharist is recalled in the second reading, Paul’s Letter to the Corinthians, where he writes of the night Jesus was handed over. At that Last Supper, the simple Passover meal is transformed as Christ establishes a new and everlasting covenant with all people. Knowing that the hour of his death was near and that he would soon depart the earth in human form, he instituted the Eucharist so that he would remain in sacramental form (CCC 1380). The Church has never failed to heed his commands – Do this in remembrance of me. At this same Last Supper, he washes the feet of his Apostles and instructs them to do likewise. The Eucharist remains a sacramental sign of Christ’s love and abiding covenant.
This sacrifice is made sacramentally present at every Mass. In the Mass, we participate in the act by which divinity and humanity are reconciled, and we eat the sacrificed Body and drink the poured-out Blood of the Lamb of God.
By doing so, we are empowered to do as He did and do the dirty work of serving our brothers and sisters.
Commenting on these gifts of Our Lord, Pope Francis said:
What is most amazing about the Lord and his Passover? It is the fact that he achieves glory through humiliation. He triumphs by accepting suffering and death, things that we, in our quest for admiration and success, would rather avoid.
The pope reminds us that a wondrous love is the only way forward for those who call themselves Christian. God has revealed himself and reigns only with the disarmed and disarming power of love.
Jueves Santo - Padre Pedro Iorio
Abril 1, 2021 - 7:00 PM
Grabación de audio
Ustedes recuerden que varias veces en Cuaresma, prediqué sobre el tema de la Alianza en el Antiguo Testamento. Dios con Noé, Abraham, Moisés, y David. Una Alianza es una relación de amor y no puede estar rompida.
Concluimos la Cuaresma y comenzamos el gran Triduo escuchando el Evangelio de Juan decir: Él amó a los suyos en el mundo y los amó hasta el final.
Jesús es la personificación del amor de Dios y nos ama dándonos 4 cosas que destaco: 1. Se da a sí mismo como alimento. 2. Él nos da un ejemplo de servicio a nuestros hermanos y hermanas al lavar los pies y 3. Él nos da el nuevo mandamiento del amor que son algunos versículos de este Evangelio de Juan que no se proclaman para esta Misa de la Cena del Señor. 4. Nos da el sacerdocio que continúa los dones de amor en los sacramentos y el servicio a la Iglesia.
Al celebrar la cena pascual con sus discípulos, Jesús recuerda la Alianza de Dios con Israel, quien los salvó de la esclavitud. La comida consistió en pan sin levadura y cordero asado. La sangre del cordero se untó en los postes de las puertas de sus casas para que el ángel de la muerte pasara por encima de ellos. Jesús instituye la Nueva Alianza con su propia sangre, que el vino transfigurado en sangre se unta en los labios de los que participan, salvándolos de la muerte.
La institución de Cristo de la Eucaristía se recuerda en la segunda lectura, la Carta de Pablo a los Corintios, donde escribe sobre la noche en que Jesús fue entregado. En esa Última Cena, la sencilla comida pascual se transforma cuando Cristo establece una Alianza Nueva y eterna con todas las personas. Sabiendo que se acercaba la hora de su muerte y que pronto dejaría la tierra en forma humana, instituyó la Eucaristía para permanecer en forma sacramental (CIC 1380). La Iglesia nunca ha dejado de prestar atención a sus mandamientos: haz esto en memoria mía. En esta misma Última Cena, lava los pies de sus Apóstoles y les instruye a hacer lo mismo. La Eucaristía sigue siendo un signo sacramental del amor y la alianza permanente de Cristo.
Este sacrificio se hace presente sacramentalmente en cada Misa. En la Misa participamos en el acto por el cual la divinidad y la humanidad se reconcilian, comemos el Cuerpo sacrificado y bebemos la Sangre derramada del Cordero de Dios.
Al hacerlo, tenemos el poder de hacer lo que Él hizo y hacer el trabajo sucio de servir a nuestros hermanos y hermanas.
Al comentar sobre estos dones de Nuestro Señor, el Papa Francisco dijo:
¿Qué es lo más asombroso del Señor y su Pascua? Es el hecho de que alcanza la gloria a través de la humillación. Él triunfa aceptando el sufrimiento y la muerte, cosas que nosotros, en nuestra búsqueda de admiración y éxito, preferiríamos evitar.
El Papa nos recuerda que un amor maravilloso, es el único camino a seguir para aquellos que se llaman a sí mismos cristianos. Dios se ha revelado y reina solo con el poder desarmado del amor.